Reseña: Wonder, la lección de August

Wonder: La lección de August · R.J Palacio

Páginas: 420 · Precio: 10,00 €
Página del libro: La campana · Volumen único

Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las Galaxias. Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal y como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.

Reseña

Tras leer la sinopsis, supe que Wonder iba a ser una lectura original, adictiva... Y cruda. Con un realismo y una técnica narrativa envidiable, R.J Palacio nos muestra una forma diferente de ver el mundo, desde los ojos de un chico de diez años que, pese a la difícil situación en que se encuentra, sigue siendo un niño, con su inocencia, sus juegos, sus ilusiones y, sobretodo, su deseo de ser aceptado.

La historia gira en torno el personaje de Auggie Pullman, un niño que ha nacido con una severa malformación facial, detalle que le ha obligado a someterse a una gran cantidad de operaciones que intentaran acercarle lo máximo posible a "una vida normal" aunque sin lograrlo: a pesar de su carácter afable y simpático, August ha vivido distanciado de el exterior viviendo en la pequeña burbuja en la que se siente cómodo que es su familia. Por sus operaciones, nunca ha podido asistir a una escuela y por su rostro, los niños huyen de él, los desconocidos no pueden evitar mirarle fijamente y los conocidos le tratan como si fuera de algodón. Pero todo eso cambiará cuando la madre de August tome la decisión de apuntar a su hijo a una escuela de la ciudad y hacerle ver que puede ser él mismo sin necesidad de esconderse.

Es prácticamente imposible que pueda decir nada malo de este libro, NADA. R.J Palacios escribe con una frescura, una pasión y un estilo increíbles; desde la primera página estás totalmente sumergido en el universo de August y estás deseando saber más, conocer a su hermana, sus padres, sus únicos amigos... El ritmo es muy ligero, los capítulos son de tres páginas o menos, y ni uno solo tiene desperdicio. Además, la autora juega con distintos puntos de vista que van desde su hermana, su amigo del colegio, el novio de su hermana, y obviamente el mismo August. De esa forma, el lector puede conocer las reacciones y los pensamientos de diferentes personajes, cómo la figura de este niño peculiar ha determinado sus vidas. Otro detalle que me ha enamorado totalmente, haciendo que este libro se gane un lugar en mi corazón, es la naturalidad con que se tratan temas que podrían definirse como morbosos incluso; la autora no hace un uso excesivo del drama, ni siquiera opta por un punto de vista demasiado ingenuo, para nada: a pesar de su corta edad, el protagonista sabe qué ocurre a su alrededor y la narración posee un tono tan sincero, honesto y limpio, sin ningún indicio de jugar con la auto-compasión gratuita, que es imposible no sentir la historia como cercana.

Gracias al estilo de los capítulos narrados desde diferentes puntos de vista, podemos conocer a los personajes desde una mayor profundidad. Un ejemplo claro es el novio de Olivia, la hermana de August, Justin. Un muchacho que, sin comerlo ni beberlo, termina conociendo esa peculiar familia. Lo impactante de su punto de vista es que nos ofrece una visión desde el exterior, de alguien que conoce al muchacho (y su rostro) por primera vez. Por otro lado, tenemos a la misma Olivia, quien probablemente sea la persona más afectada por la malformación de su hermano, ya que ha crecido sabiendo que nunca podría aspirar a tener la total atención de sus padres. Probablemente, lo único que me ha faltado ha sido un capítulo narrado desde el punto de vista de la madre, un personaje que con el diálogo con el que finaliza el libro, ha terminado de fascinarme por completo.

Por todos estos detalles y por cientos más, Wonder: la lección de August es una lectura prácticamente obligatoria. un libro que te enamorará a cualquier edad y que te hará desear ser un poco mejor. 

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Hannah